Hola y bienvenidos a JKANetwork, hoy os traigo un documental del 2011, titulado el poder del dinero, que defiende la teoría de que los mercados son irracionales. Espero que os resulte tan interesante como a mí:
El documental, parte del modelo racional de la economía de Adam Smith, descrito en su libro “La riqueza de las naciones”, que define la economía como una teoría de comportamiento racional desde un nivel individual; afirmando que cuando se trata de dinero, los individuos somos racionales.
Por ello, los economistas racionales creen que el aumento de la riqueza es debido a los mercados libres; ¿pero si su teoría fuera correcta por qué en el 2008 se desplomó la bolsa de Wall Street un 40%?
Es aquí cuando tenemos que hablar de los behavioristas, según los cuales, en el mundo de la economía todos los agentes económicos están muy influidos por las características de su entorno, que pueden ser manipuladas por varias técnicas como puede ser por ejemplo la publicidad.
En el documental se realizan una serie de experimentos con la intención de conocer si realmente somos seres racionales en cuanto se trata de dinero o no, y lo que estos experimentos demostraron fue que tanto el sesgo del presente como el anclaje u otras fuerzas, influyen en la toma de decisiones; es decir, que cuando existe la oportunidad de obtener algo de inmediato, se convierte en una gran tentación.
Ante estos resultados, tratan de averiguar cómo extrapolarlos a la realidad, para descubrir si pueden explicar el mercado mundial; ya que lo que importa no son los comportamientos de un par de individuos aislados sino el comportamiento en general de las personas. Esto nos lleva a poner en el punto de mira la bolsa. En 2005 se partió de la teoría racional, creyendo que las personas actuarían como una calculadora, y entonces hubo un boom en el mercado inmobiliario donde los precios no dejaban de subir y se pensaba que estos iban a seguir creciendo de forma infinita y por ello la mayoría de las personas corrió el riesgo de endeudarse excesivamente. Durante ese boom del 2005, Robert Shiller vió que había una exuberancia irracional, es decir, que los precios estaban por encima del valor real, pero no le hicieron caso. Esto me recuerda a lo que sucedió en holanda en 1630 con la burbuja de los tulipanes (si no os suena, os recomiendo que veaís algún documental del tema).
Bueno, sieguiendo con el documental, se llega a la conclusión que el comportamiento de algunos de los agentes financieros y de los consumidores, se pudo deber a sus emociones; ya que se demostró que el dinero, es capaz de estimular el cerebro tanto como las drogas, el sexo o la comida.
Por lo que, las emociones afectan a la economía, ya que pueden subir y bajar los precios, tal y como afirmó Keynes a partir de la observación la burbuja financiera del siglo XX (la primera burbuja fue la que os he mencionado antes de Holanda con el mercado de los tulipanes); donde cabe destacar su famosa frase: “el mercado puede permanecer irracional más tiempo de lo que uno puede permanecer solvente”.
Hoy en día, gracias a la influencia de Keynes, se intenta averiguar en qué modo las emociones influyen sobre los precios, como por ejemplo la tristeza que hace que el valor aumente.
Según Fama, es posible decir que un mercado de valores es eficiente cuando la competencia entre los distintos agentes económicos que intervienen en el mismo, guiados por el principio del máximo beneficio, conduce a una situación de equilibrio en la que el precio de mercado de cualquier título constituye una buena estimación de su valor intrínseco; es decir, que los precios reflejan completa e instantáneamente toda la información disponible; de modo que los inversores no deberán preocuparse por la valoración de los títulos, puesto que éstos estarán perfectamente valorados. Esta teoría de los mercados eficientes, tiene su origen en la teoría del paseo aleatorio y, por tanto, parte de la idea de que las cotizaciones bursátiles son totalmente impredecibles, de modo que cualquier vaticinio está abocado al fracaso.
Pero los mercados no son eficientes, la euforia hace que suban los precios y la racionalidad los bajan dando paso a la irracionalidad; por ello, los precios de los mercados no siempre son los correctos.
Como se observa en el vídeo, las emociones de otros afectan a las decisiones económicas que tomamos, ya sea de manera directa o por simple empatía; por tanto si nos basamos en un modelo o en una teoría errónea, el resultado también lo será.
Aquí os dejo el documental para los que no lo tengan a mano o para quienes quieran verlo por sí mismos y dar su punto de vista. Un saludo.